miércoles, 15 de mayo de 2013

Volunteers Colombia



Nombre: Pablo Jaramillo
Proyecto: Volunteers Colombia
Área de impacto: Educación
Año de inicio: 2009

Pablo Jaramillo, co  fundador y director ejecutivo de Volunteers Colombia, habla para CoEmprendiendo de los retos más importantes por los que ha pasado la organización y de una de las debilidades más grandes que tiene Colombia, el bajo nivel del dominio del inglés de sus ciudadanos.

 
¿De qué se trata Volunteers?

 Volunteers Colombia trae voluntarios de países angloparlantes, especialmente de Estados Unidos, para promover el bilingüismo en comunidades de escasos recursos. Nuestra teoría es, que al traer un voluntario como profesor asistente (co teacher), logremos que los niños mejoren su inglés pero también que los profesores colombianos que enseñan inglés lo hagan, porque solamente el 10% de los profesores que dictan el idioma en colegios oficiales en Colombia, realmente lo hablan. La idea es que a través de la experiencia de tener un nativo en un colegio de alta necesidad o de bajas oportunidades, por un lado los niños aprendan de un angloparlante directamente y por el otro, los profesores colombianos que tienen todas las bases gramaticales pero que no saben hablar bien inglés, mejoren a través del apoyo del voluntario durante todo el año.

Lo clave para Volunteers es que el proyecto se desarrolle en comunidades vulnerables, que para el voluntario sea una experiencia de intercambio cultural, y que para los niños se generen oportunidades reales de aprender inglés y de mostrarles que hay algo más allá de Colombia, abriéndoles el horizonte por el simple hecho de tener la oportunidad de estar con una persona de otro país.

 
¿Por qué surgió el interés por este tema?

 Luis Enrique García quien fue el fundador original, tuvo la idea y me invitó al proyecto. Él tiene un campo de verano en Barú (Cartagena) y quería aportarle a la comunidad local con desarrollo y pensó en el inglés como una excelente herramienta para ayudarles a los nativos a ser más competitivos y lograr así aprovechar las oportunidades de desarrollo turístico que hay en la región. Contactamos a World Teach para que trajera voluntarios. A pesar de que al principio dijeron que no porque era muy peligroso, logramos convencerlos y lanzamos el proyecto piloto en Barú en el 2009 con 5 voluntarios, sin pensar que se fuera a expandir por toda Colombia. Hoy en día tenemos 43 voluntarios en Barranquilla, Medellín, Bogotá, y nos damos el lujo de escoger con quién trabajar. Al principio lo más duro era definir los aliados que patrocinaran el programa y ahora es al revés, el año pasado nos pidieron más de 100 voluntarios y sólo pudimos conseguir 43.

 
¿Cuál es la relevancia del tema?

 Los colombianos no hablamos inglés y esta es una necesidad muy grande que tiene el país. Para las comunidades que reciben muchos turistas en términos económicos, hablarlo es mucho más importante. Hablar inglés para una persona de escasos recursos puede significar ganarse un salario mínimo o ganarse USD $500 y esta herramienta lo puede sacar de la pobreza. Nuestro bajo nivel de inglés nos afecta como país en términos de competitividad. A Colombia llegan empresas a crear call centers y se van porque no encuentran 2.000 personas que hablen el idioma. A nivel micro, Colombia tiene 15.000 profesores de inglés en colegios públicos y sólo el 10% de ellos habla bien inglés. De nuestros bachilleres, sólo el 10% se está graduando con nivel B1 que es la meta del Ministerio de Educación. La necesidad es total en términos de competitividad, de desarrollo y de igualdad para las comunidades más vulnerables de nuestro país.

 

 ¿Qué relación tiene Volunteers con el gobierno en este momento?

 Desde el principio, una de las metas del Programa y dada mi experiencia en el sector, ha sido influir en políticas públicas. Creo firmemente que los emprendimientos sociales son un mecanismo muy poderoso para generar innovación en el sector. Es claro que el poder de apalancamiento lo tiene el sector público. Nosotros traemos 43 voluntarios y tenemos influencia sobre 20.000 niños, lo cual es mínimo. Queremos canalizar recursos públicos hacia programas como éste más eficientes. En el Global Competitiveness Leadership Program (GCL) en Washington me encargué de ver, cómo hacemos más sostenible el Programa y cómo hacer alianzas con el sector público. Hemos firmado convenios con alcaldías, gobernaciones y con colegios públicos y privados. Tenemos el respaldo del gobierno del presidente Santos y ya estamos logrando hacer alianzas directas con el Ministerio de Educación y el Sena. Este modelo de traer voluntarios nativos está siendo incluido como uno de los pilares de la política nacional de bilingüismo. Nosotros como emprendedores sociales pensamos que es importante que hasta el momento hayamos traído 140 voluntarios de Estados Unidos y que ya estemos trabajando con varias alcaldías, pero lo más poderoso es que logramos no solamente hacer alianzas con el sector público para crecer, sino que ya vamos a pasar de 40 a más de 200 voluntarios para el otro año y así cuadruplicaremos el modelo.

 
¿Cómo es el modelo de negocio?

 Hoy en día Volunteers Colombia es 100% auto sostenible, no depende de donaciones y está constituida como una Organización sin Ánimo de Lucro.

A cada uno de los aliados le pedimos un fee por voluntario y con eso cubrimos lo que nos cobra World Teach y dejamos además un margen para financiar la operación del Programa y tener capital de trabajo para sostenernos.

El típico dilema de crecimiento en una fundación es, o me espero a estar listo para crecer o crezco y después hago todo lo que necesito para sostenerme y en este caso decidimos irnos por la segunda opción.

Es muy importante definir el modelo de negocio de la organización desde el principio. Hay que tener claro cuál es el modelo y después ir y desarrollarlo. 

 
Hablemos de medición. Desde el 2009, ¿cómo están midiendo el impacto y sus resultados?

 Nosotros como organización estamos obsesionados con el impacto y ese es uno de nuestros retos principales. Traer voluntarios tiene un costo alto, por ende toca medir si sirve o no sirve. Es necesario hacer evaluaciones de impacto, mediciones aleatorias, diseñar pruebas, entre varias cosas. Tenemos herramientas que nos dan un aproximado como por ejemplo, encuestas cualitativas en donde todos los años les preguntamos a los rectores si están contentos con los voluntarios y las respuestas han sido tan favorables que siguen renovando los contratos. Otra fuente son los voluntarios quienes a través de entrevistas nos cuentan de qué manera han generado impacto . También miramos resultados de inglés en el Icfes (examen de Estado para ingresar a la educación superior). Durante el 2012 tuvimos mejoras en los colegios en los que tenemos voluntarios de más del 10%. Tenemos un gran reto, no hemos podido evaluar del todo el Programa pero hemos buscado herramientas simples, que nos han ayudado a ver si vamos en la dirección correcta y si esto sí sirve. Finalmente se busca el apoyo de los mismos colegios. Se les pregunta cómo miden ellos su propio impacto. Los colegios que no lo hacían, gracias al Programa están empezando a medirlo.

 Por otro lado, una de las mayores fortalezas del Programa es que se les quita el miedo a hablar en inglés a todos, profesores, rectores y estudiantes. Lo que importa es soltarse. Los profesores tienen las bases pero les da miedo hablarlo. Con los voluntarios se sueltan. Corrigen las pruebas, mejoran el curriculum.

 
¿Cómo crees que el networking te ayudó a lograr el objetivo propuesto dentro del proyecto?

 Yo creo que el networking, y no sabría ponerle un porcentaje, ha sido de los factores más importantes para Volunteers Colombia. Llegamos a World Teach porque uno de los fundadores estudió en Harvard.  Conseguimos los primeros aliados por contactos que teníamos. Logramos convencer a WorldTeach porque conseguimos una reunión con la Ministra de Educación en su primera visita a Colombia. Y este año logramos reunirnos con el Presidente Santos, quien nos dio su apoyo y nos pidió que trajeramos 200 voluntarios. Todo termina siendo un mundo muy pequeño. Volunteers hasta el 2012 tenía 30 voluntarios. Aprovechando las redes de contactos que tenemos, ya estamos logrando crecerla a 200.

 
¿Qué ha sido lo más difícil de todo el proceso de montar y desarrollar Volunteers?

Lo más difícil de montar y desarrollar el Programa fue superar la etapa crítica en la que la sostenibilidad del proyecto estaba en riesgo. Hace dos años, si no hubiéramos conseguido aliados para financiar por lo menos 25 voluntarios nos hubiera tocado cerrar el proyecto. Hoy en día, tenemos una demanda gigante y nos damos el lujo de escoger con quién trabajar.

 
¿Qué es lo más difícil de ser un emprendedor social?

 Lo más difícil es montar un equipo con mentalidad emprendedora.

 
¿Qué es lo que más rescatas de ser emprendedor social?

 Lo que más rescato es el poder de innovar desde el tercer sector, para después influenciar políticas públicas y canalizar recursos públicos hacia programas o servicios sociales más eficientes y con mayor impacto en la población.